sábado, 28 de enero de 2012

La creación del hombre según Ovidio

 Prometeo modela en barro al primer hombre (s. II a. C.)

Un ser más noble y más inteligente, hecho para dominar sobre todos los otros, faltaba aún a esta gran obra. El hombre nació: ya sea que el arquitecto supremo lo hubiese animado con un soplo divino, ya sea que la tierra conservase todavía, en su seno, algunas de las partes más puras del éter del cual acababa de ser separada, y el hijo de Japeto (Prometeo), empapando esta semilla fecunda, hubiese formado al hombre a imagen de los dioses, árbitros del universo; el hombre, distinto de los otros animales cuya cabeza se inclina hacia la tierra, puede contemplar los astros y fijar sus miradas sublimes en los cielos. Así la materia, antes informe y estéril, tomó la figura del hombre, hasta entonces desconocida en el universo.

Ovidio. Metamorfosis, I, 76-88.

martes, 17 de enero de 2012

Los garamantes

 Los garamantes o antiguos mande de Fezzan (Libia)

Tierra adentro hacia el sur viven los garamantes en un país de bestias salvajes. Huyen de la vista y la compañía de los hombres, no tienen armas de guerra ni saben cómo defenderse a ellos mismos.
Después de diez días de viaje desde Augila hay todavía otra colina de sal, manantiales de agua y palmeras datileras. Los hombres que viven aquí son llamados garamantes, una nación sumamente grande, que siembran en la tierra que han puesto sobre la sal. El camino más corto hacia la tierra de los comedores de loto es desde aquí, un viaje de treinta días. Entre los garamantes está el ganado que va hacia atrás mientras pace. La razón es que sus cuernos se curvan hacia adelante, por lo tanto no pueden ir en esa dirección porque sus cuernos se clavarían en el suelo. Así caminan hacia atrás paciendo. Por lo demás, son como cualquier otro ganado, excepto que su piel es más gruesa y más dura al tacto.
Estos garamantes van en sus carros de cuatro caballos persiguiendo a los etíopes trogloditas, porque estos son de pie más ligero que cualquier otro hombre del que nos hayan llegado noticias. Viven de serpientes y lagartos y otros reptiles. Su lenguaje es como no hay otro en el mundo: es como el chillido de los murciélagos.

Herodoto. Historia, IV, 174, 183.

miércoles, 11 de enero de 2012

Súplica de Aquiles a Tetis

 Ingres: Júpiter y Tetis

Dijo Aquiles a su madre Tetis:
Tú, si puedes, socorre a tu buen hijo; ve al Olimpo y ruega a Zeus, si alguna vez llevaste consuelo a su corazón con palabras o con obras. Muchas veces hallándonos en el palacio de mi padre, oí que te gloriabas de haber evitado, tú sola entre los inmortales, una afrentosa desgracia al Cronión, que amontona las sombrías nubes, cuando quisieron atarle otros dioses olímpicos, Hera, Poseidón y Palas Atenea. Tú, oh diosa, acudiste y le libraste de las ataduras, llamando al espacioso Olimpo al centímano a quien los dioses nombran Briareo y todos los hombres Egeón, el cual es superior en fuerza a su mismo padre, y se sentó entonces al lado de Zeus, ufano de su gloria; temiéronle los bienaventurados dioses y desistieron de su propósito. Recuérdaselo, siéntate junto a él y abraza sus rodillas: quizá decida favorecer a los teucros y acorralar a los aqueos, que serán muertos entre las popas, cerca del mar, para que todos disfruten de su rey y comprenda el poderoso Agamemnón Atrida la falta que ha cometido no honrando al mejor de los aqueos.

Homero. Ilíada, I, 403-412