Nicolas Poussin: Júpiter alimentado por la cabra Amaltea
Un cierto Oleno, hijo de Vulcano, tuvo dos hijas: las ninfas Aex y Helice, que fueron nodrizas de Júpiter. Otros han dicho que determinadas ciudades fueron llamadas a partir de sus nombres (Oleno en Aulis, Helice en el Peloponeso y Aex en Hemonia), sobre lo cual Homero escribe en el segundo libro de la Ilíada. Pero Parmenisco dice que un tal Meliseo fue rey en Creta y que Júpiter fue traido a sus hijas para criarse. Ya que ellas no tenían leche, le proporcionaron una cabra llamada Amaltea, la cual se dice que le crió. Ella a menudo paría cabritos gemelos y, al mismo tiempo que Júpiter le fue traido para criar, había dado a luz un par. Y así, por la bondad de la madre, los hijos también fueron incluidos entre las constelaciones. Se dice que Cleostrato de Tenedos fue el primero que señaló a estos cabritos entre las estrellas.
Pero Museo dice que Júpiter fue criado por Themis y la ninfa Amaltea, a quienes fue dado por Ops, su madre. Entonces Amaltea tenía como mascota a cierta cabra que se dice que fue la que crió a Júpiter.
Algunos han llamado a Aex la hija del Sol, la cual sobrepasaba en belleza de cuerpo a muchas, pero como contraste a esta belleza, tenía la más horrible cara. Aterrorizados por esto, los Titanes rogaron a la Tierra que ocultase el cuerpo de ella, y se dice que la Tierra la escondió en una cueva en la isla de Creta. Más tarde se convirtió en nodriza de Júpiter, como dijimos antes.
Higino. Astronomía poética, II, 13.
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