
Tetis con el Océano parió a los voraginosos Oceánidas: el Nilo, el
Alfeo, el Erídano de profundos remolinos, el Estrimón, el Meandro, el
Istro de bellas corrientes, el Fasis, el Reso, el Aqueloo de plateados
remolinos, el Neso, el Rodio, el Haliacmón, el Heptáporo, el Gránico, el
Esepo y el divino Simunte, el Peneo, el Hermo, el Ceco de bella
corriente, el largo Sangario, el Ladón, el Partenio, el Eveno, el
Ardesco y el divino Escamandro. Tuvo también una sagrada estirpe de
hijas que por la tierra se encargan de la crianza de los hombres, en
compañía del soberano Apolo y de los Rios y han recibido de Zeus este
destino: Peito, Admeta, Yanta, Electra, Doris, Primno, la divina Urania,
Hipo, Clímene, Rodea, Calírroe, Zeuxo, Clitia, Idía, Pisítoa, Plexaura,
la encantadora Galaxaura, Dione, Melóbosis, Toa, la bella Polidora,
Cerceis de graciosa figura, Pluto ojos de buey, Perseis, Yanira, Acasta,
Jante, la deliciosa Petrea, Menesto, Europa, Metis, Eurínome, Telesto
de azafranado peplo, Criseida, Asia, la deseable Calipso, Eudora, Tyche,
Ánfiro, Ocírroe y Estigia, la que es más importante de todas. Éstas son
las hijas más antiguas que nacieron del Océano y Tetis. Y aún hay otras
muchas pues son tres mil las Oceánides de finos tobillos que, muy
repartidas, por igual guardan por todas partes la tierra y las
profundidades de las lagunas, resplandecientes hijas de diosas. Y otros
tantos los ríos que corren estrepitosamente, hijos del Océano, a los que
alumbró la augusta Tetis. ¡Arduo intento decir un mortal el nombre de
todos ellos! Mas conocen cada uno en particular a aquellos que habitan
sus riberas.
Hesíodo.
Teogonía, 334-370.