Mostrando entradas con la etiqueta Costumbres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Costumbres. Mostrar todas las entradas

martes, 17 de febrero de 2015

Matrimonio de Zeus y Hera

Carracci: Júpiter y Juno.

Los hombres dicen que el matrimonio de Zeus y Hera tuvo lugar en el territorios de los habitantes de Cnosos, en un sitio cerca del río Theren, donde ahora hay un templo en el cual los nativos del lugar ofrecen anualmente sacrificios sagrados e imitan la ceremonia del matrimonio de la manera que la tradición dice que fue realizado originalmente.

Diodoro Sículo. Biblioteca de historia, V, 72, 4.

miércoles, 9 de julio de 2014

El oráculo de la Pitia


Los lidios, luego que llegaron a Delfos, hicieron lo que se les había mandado, y se dice que recibieron esta respuesta de la Pitia: —«Lo dispuesto por el hado no pueden evitarlo los dioses mismos. Creso paga el delito que cometió su quinto abuelo, el cual, siendo guardia de los Heráclidas, y dejándose llevar de la perfidia de una mujer, quitó la vida a su monarca y se apoderó de un imperio que no le pertenecía. El dios de Delfos ha procurado con ahínco que la ruina fatal de Sardes no se verificase en daño de Creso, sino de alguno de sus hijos; pero no le ha sido posible trastornar el curso de los hados. Sin embargo, sus esfuerzos le han permitido retardar por tres años la conquista de Sardes; y sepa Creso que ha sido hecho prisionero tres años después del tiempo decretado por el destino. ¿Y a quién debe también el socorro que recibió cuando iba a perecer en medio de las llamas? Por lo que hace al oráculo, no tiene Creso razón de quejarse. Apolo lo predijo que si hacía la guerra a los persas, arruinaría un grande imperio; y cualquiera en su caso hubiera vuelto a preguntar de cuál de los dos imperios se trataba, si del suyo o del de Ciro. Si no comprendió la respuesta, si no quiso consultar segunda vez, échese la culpa a sí mismo. Tampoco entendió ni trató de exterminar lo que en el postrer oráculo se le dijo acerca del mulo, pues este mulo cabalmente era Ciro; el cual nació de unos padres diferentes en raza y condición, siendo su madre Meda, hija del rey de los medos Astiages, y superior en linaje a su padre, que fue un persa, vasallo del rey de Media, y un hombre que desde la más ínfima clase tuvo la dicha de subir al tálamo de su misma señora.» Esta respuesta llevaron los lidios a Creso; el cual, informado de ella, confesó que toda la culpa era suya, y no del dios Apolo. Esto fue lo que sucedió acerca del imperio de Creso y de la primera conquista de la Jonia.

Heródoto. Historia, I, 91. Traducción de Bartolomé Pou.

jueves, 16 de enero de 2014

El fantasma de Remo



Por qué ese día se llamó Lemuria y cuál fue el origen del nombre se me escapa; le corresponde a algún dios descubrirlo. Hijo de la Pléyade, reverendo maestro de la vara poderosa, infórmame tú: a menudo has visto el palacio del Júpiter estigio. A mi plegaria vino el portador del bastón de heraldo. Aprende la causa del nombre; el mismo dios la hizo conocer. Cuando Rómulo hubo enterrado el espíritu de su hermano en la tumba y se hubieron celebrado las exequias del demasiado ágil Remo, los infelices Fáustulo y Acca, con los cabellos sueltos, rociaron los huesos quemados con sus lágrimas. Luego a la caída del crepúsculo tomaron el camino hacia el hogar y se arrojaron en el duro lecho tal como estaba. El fantasma ensangrentado de Remo parecía estar al lado de la cama y hablar estas palabras en un murmullo tenue: "¡Miradme a mí, que compartí la mitad, la mitad completa de vuestro tierno cuidado, observad a lo que he llegado y lo que era antes! Hace poco pude haber sido el primero de mi pueblo, si los pájaros me hubiesen asignado el trono. Ahora soy una ira vacía, escapada de las llamas de la pira; esto es todo lo que queda del que fue en otro tiempo el gran Remo. Ay, ¿dónde está mi padre Marte? Si sólo tú dijiste la verdad y fue él quien envió las ubres de la bestia salvaje para amamantar a los niños abandonados, la mano temeraria de un ciudadano le deshizo lo que la loba salvó. ¡Oh, cuánto más piadosa fue ella! ¡Feroz Celer, ojalá que tu alma cruel se rinda a través de las heridas y pases sangrientamente bajo tierra como yo! Mi hermano no deseó esto: su amor es igual al mío: él dejó caer sus lágrimas sobre mi muerte. Esto es todo lo que pudo hacer. Rogadle con vuestras lágrimas, con vuestro acogimiento, que celebre un día en señal de honra hacia mí". Mientras el fantasma les daba este encargo, ellos anhelaban abrazarlo y extender sus brazos hacia él; la sombra resbaladiza escapó a sus manos cerradas. Cuando la visión se hubo ido y se llevó el sueño consigo, la pareja informó al rey de las palabras de su hermano. Rómulo cumplió y dio el nombre de Remuria al día en que la adoración debida es pagada a los antepasados muertos. En el curso de la edades la letra áspera, que estaba al principio del nombre, fue cambiada en una suave; y pronto las almas de la multitud silenciosa fueron llamadas Lemures: éste es el significado de la palabra, ésta es la fuerza de la expresión. Los antiguos cerraron los templos en esos días, incluso ahora los ves cerrados en la época consagrada a los muertos. Esos días son inadecuados para la boda de la viuda y de la doncella: la que se casa entonces no vivirá mucho. Por la misma razón, si haces caso de los proverbios, la gente dice que las mujeres malas se casan en mayo. Esas tres fiestas caen alrededor del mismo tiempo, aunque no en tres días consecutivos.


Ovidio. Fastos, V, 455-492

viernes, 6 de septiembre de 2013

Epidauro Limera



El país de los boetas es contiguo a Epidauro Limera, que dista unos doscientos estadios de Epidelio. La gente dice que ellos no son descendientes de los lacedemonios sino de de los epidaurianos de la Argólida, y que llegaron a este punto de Laconia cuando zarparon por asuntos públicos hacia Asclepio en Cos. Avisados por sueños que tuvieron, se quedaron y se establecieron aquí.

También dicen que una serpiente, que trajeron de su hogar en Epidauro, se escapó del barco y desapareció en la tierra no lejos del mar. Como resultado del portento de la serpiente y la visión que tuvieron en sueños, decidieron quedarse y establecerse aquí. Existen altares a Asclepio en el lugar donde la serpiente desapareció y crecen olivos a su alrededor.

Unos dos estadios hacia la derecha está el agua de Ino, como se la llama, que es un pequeño lago en extensión, pero más profundo de fondo. La gente lanza pasteles de harina de cebada a esta agua en la fiesta de Ino. Si se presgia buena suerte al lanzador, permanecen bajo el agua. Pero si vuelven a la superficie, se juzga eso como una mala señal.

Los cráteres en el Etna tienen la misma característica; porque la gente tira a ellos objetos de oro y plata y también toda clase de víctimas. Si el fuego los recibe y consume, se alegran por la aparición de una buena señal, pero si repele lo que ha sido lanzado dentro, piensan que una desgracia ocurrirá al hombre al que sucede esto.

Junto al camino que conduce de Beas a Epidauro Limera está el santuario de Artemis Limnatis (del lago) en el país de los epidaurianos. La ciudad está situada en un terreno alto, no lejos del mar. Aquí vale la pena ver el santuario de Artemis, también el de Asclepio con una estatua erigida de piedra, un templo de Atenea en la acrópolis y otro de Zeus con el título de Salvador frente al puerto.

Un promontorio llamado Minoa se proyecta hacia el mar cerca de la ciudad. La bahía no tiene nada que la distinga de otras ensenadas del mar en Laconia, pero la playa contiene aquí guijarros de la forma más bella y de todos los colores.

Pausanias. Descripción de Grecia, III, 23, 6-11

jueves, 20 de junio de 2013

El Zeus de Lárisa


Teatro de Lárisa (Grecia)

En la parte superior de Lárisa hay un templo a Zeus, apodado Lariseo, que no tiene techo. La imagen de madera que encontré ya no está de pie sobre su pedestal. También hay un templo de Atenea que vale la pena ver. Aquí se colocan las ofrendas votivas, incluyendo una imagen de madera de Zeus, que tiene dos ojos en el lugar natural y un tercero en la frente. Este Zeus, dicen, era un dios paternal de Príamo, hijo de Laomedonte, instalado en la parte descubierta de su corte, y cuando Troya fue tomada por los griegos, Príamo se refugió en el altar de este dios. Cuando se dividieron el botín, Esténelo, hijo de Capaneo, recibió la imagen y por esta razón ha sido puesta aquí.

Pausanias. Descripción de Grecia, II, 24, 3.

miércoles, 17 de abril de 2013

La sacerdotisa Iodama



Antes de alcanzar Coronea desde Alalcomena llegamos al santuario de Atenea Itonia. Se llama así por Itono, el hijo de Anfictión, y aquí los beocios se reúnen para sus asambleas generales. En el templo hay imágenes en bronce de Atenea Itonia y de Zeus; el artista fue Agorácrito, pupilo y amigo de Fidias. En mi época habían dedicado demasiadas imágenes a las Gracias.

También se cuenta el siguiente relato: Iodama, que servía a la diosa como sacerdotisa, entró en el recinto de noche, donde se le apareció Atenea, sobre cuya túnica se trabajó la cabeza de Medusa la Gorgona. Cuando Iodama la vio, se convirtió en piedra. Por esta razón una mujer enciende un fuego cada día en el altar de Iodama y, cuando hace esto, repite tres veces en dialecto beocio que Iodama está viva y pide fuego.

Pausanias. Descripción de Grecia, IX, 34, 1-2.

martes, 12 de febrero de 2013

El vestido de Atenea


Al parecer, el vestido y la égida de las imágenes de Atenea fueron copiadas por los griegos de las mujeres libias, pues salvo que el vestido de la mujer libia es de cuero y que los flecos de sus mantos de piel de cabra no son serpientes, sino correas de cuero, en todo lo demás su equipamiento es el mismo.  
Y de hecho, el mismo nombre revela que la vestimenta de las estatuas de Palas ha venido de Libia, porque las mujeres libias llevan la "egea" con borlas sin pelo sobre su vestido, coloreada con rubia, y los griegos han cambiado el nombre de esta "egeas" en sus égidas.
Además, en mi opinión, el canto ceremonial se originó primero en Libia porque las mujeres de ese país cantan muy armoniosamente. Y es de los libios que los griegos han aprendido a conducir carros de cuatro caballos.

Herodoto. Historia, IV, 189.

jueves, 31 de enero de 2013

Maclíes y auseos


Gustav Klimt: Pallas Atenea (1898)

En Libia son fronterizos de los Maclíes los Auseos, pues ambos habitan en las orillas de la laguna Tritónida divididos entre sí por el río Tritón. Los Maclíes se dejan crecer el pelo en la parte posterior de la cabeza, y los Auseos en la parte anterior de ella. Hacen todos los años una fiesta a Atenea, en la cual, sus doncellas repartidas en dos bandos, luchan con piedras y palos, y dicen que practican aquellas ceremonias, propias de sus antepasados, en honra de aquella diosa su paisana a la cual llamamos Atenea. A las doncellas que mueren de aquellas heridas las llaman falsas vírgenes.
Antes de dar fin a aquel combate, el pueblo entero elige a la doncella que se ha portado mejor en el choque; ármanla con un yelmo corintio y con una armadura griega, y puesta encima de un carro llévanla alrededor de la laguna.
Ignoro con qué armadura adornasen a sus doncellas antes de tener por vecinos a los griegos, si bien me inclino a pensar que con la armadura egipcia, porque mantengo que los griegos tomaron de los egipcios el yelmo y el escudo.
Por lo que toca a Atenea, dicen ellos que fue hija de Poseidón y de la laguna Tritónida, pero que enojada por cierto motivo contra su padre se entregó a Júpiter, el cual se la apropió por hija: así lo cuentan al menos. Las relaciones de hombres y mujeres son promiscuas aquí; no cohabitan pero tienen el trato sexual como el ganado. Cuando el hijo de una mujer está bien crecido, los hombres se juntan en tres meses y el niño es adjudicado al hombre al que se parece más.

Herodoto. Historia, IV, 180.

martes, 11 de septiembre de 2012

El santuario del monte Liceo

Muralla de la antigua fortaleza de Eleutera

¿Por qué los arcadios apedrean a las personas que voluntariamente entran en el santuario del monte Liceo; pero si tales personas entran por ignorancia, los envían a Eleutera?
¿Es porque fueron liberados por lo que esta historia ganó credibilidad y la expresión “enviar a Eleutera” (la ciudad libre) es del mismo tipo que “ir a la tierra de Jauja”?
¿O está de acuerdo con la leyenda, ya que Eleutero y Lébado fueron los únicos hijos de Licaón que no compartieron la abominación dispuesta por Zeus, sino que huyeron a Beocia, y allí hay una unión de ciudadanía entre la gente de Lebadea y los arcadios, y estos en consecuencia envían a Eleutera a los que involuntariamente entran en el santuario inviolable de Zeus?
¿O es como Arquitimo relata en su Historia de Arcadia acerca de ciertos hombres que entraron por ignorancia allí y fueron entregados por los arcadios a los fliasios y por los fliasios a los megarenses y que, mientras eran conducidos de Megara a Tebas, se pararon cerca de Eleutera por la lluvia y los truenos y otras señales del cielo? Por lo cual, de hecho, algunos afirman que aquel sitio adquirió el nombre de Eleutera.
Sin embargo, el relato de que la persona que entra en el santuario del monte Liceo pierde la sombra no es verdad, aunque haya adquirido amplia credibilidad. ¿Es porque el cielo se cubre de nubes y se oscurece sobre los que entran? ¿O es porque el que entra es condenado a muerte y los seguidores de Pitágoras afirman que los espíritus de los muertos no tienen sombra ni pestañean? ¿O es porque es el sol el que causa la sombra, pero la ley priva a los que entran de la luz del sol?
También cuentan esto alegóricamente: el que entra allí es llamado “ciervo”. Por eso, cuando Cantarión el arcadio desertó y se pasó a los eleos mientras estaban en guerra con los arcadios y con su botín cruzó el santuario inviolable, aunque huyó a Esparta después que se hizo la paz, los espartanos lo entregaron a los arcadios, ya que el dios les ordenó devolver al “ciervo”.

Plutarco. Cuestiones griegas, 39.

miércoles, 18 de julio de 2012

Sobre los sacrificios humanos

Vaso con representación de escitas (s. IV a.C.)

Por otra parte, los fenicios, cuando había grandes calamidades, ya fuese guerra o sequía excesiva o peste, sacrificaban a alguno de sus más queridos amigos, que era seleccionado por votos para este propósito. La historia fenicia también está repleta con ejemplos de hombres que fueron sacrificados, cuya historia fue escrita por Sanchoniaton en lengua fenicia, y fue traducida al griego en ocho libros por Filón de Biblos. Pero Ister, en su recopilación sobre los sacrificios cretenses, dice que los Curetes antiguamente sacrificaban niños a Saturno. Y Pallas, que es el mejor de aquéllos que han recopilado lo que atañe a los misterios de Mitra, dice que bajo el emperador Adriano el sacrificio de hombres estaba casi totalmente abolido. Porque, antes de esta época, en Laodicea, que está en Siria, antiguamente sacrificaban una virgen a Minerva, pero ahora sacrifican un venado. Los cartagineses, que habitan en Libia, también sacrificaban hombres antiguamente; pero esta costumbre fue abolida por Ifícrates. Y los dumatios, un pueblo de Arabia, sacrificaban anualmente a un chico, al cual enterraban bajo el altar, y que era usado por ellos como una estatua. Pero Filarco cuenta que era la costumbre general de todos los griegos el inmolar hombres antes de ir a la guerra. Omito la mención a los tracios y escitas y también a los atenienses, que mataron a la hija de Erecteo y Praxitea. E incluso actualmente, ¿quién ignora que en la gran ciudad de Roma, en la fiesta de Júpiter Lacial, cortan la garganta de un hombre? La carne humana, sin embargo, a este respecto no es para ser comida; aunque, debido a cierta necesidad, un hombre puede ser sacrificado. Por ejemplo, cuando llega la hambruna durante un sitio, algunos de los sitiados se alimentan de los otros; sin embargo, al mismo tiempo aquéllos que lo hacen así son considerados execrables y el hecho se considera como impío.

Porfirio. De la abstinencia de comida de origen animal, II, 56.

domingo, 15 de julio de 2012

Mentiras cretenses

Vista desde el santuario minoico en la cima del monte Iuktas (Creta)

¿Cómo vamos a cantar acerca de él -como señor de Dicte o de Lyceo? Mi alma está en duda, ya que se debate acerca de su nacimiento. Oh Zeus, algunos dicen que tú naciste en las colinas de Ida; otros, oh Zeus, dicen que en Arcadia. ¿Estos o aquellos mienten, oh Padre? "Los cretenses son mentirosos siempre". Sí, los cretenses construyeron una tumba para ti, oh Señor; pero tú no moriste, porque tú existes para siempre.

Calímaco. Himno a Zeus, 4-9

Este dicho proverbial, atribuido a Epimenides, es citado por San Pablo en la Epístola a Tito, 1, 12: "Fue precisamente uno de su raza, a quien ellos tienen por profeta, el que dijo: "Cretenses, siempre mentirosos, malas bestias y comilones perezosos", y parece que Arato alude a ello en los Fenómenos, 30. La explicación dada por Atenodoro de Eretria es que Tetis y Medea, teniendo una disputa acerca de cuál de ellas era la más bella, confiaron la decisión a Idomeneo de Creta. Él decidió a favor de Tetis, sobre lo cual Medea dijo "los cretenses son mentirosos siempre" y los maldijo para que nunca dijesen la verdad.

La leyenda cretense contaba que Zeus fue un príncipe que fue muerto por un verraco salvaje y se le enterró en Creta. Su tumba se localizó en diversos sitios y la tradición de "la tumba de Zeus" se atribuye a varios lugares incluso en tiempos modernos, especialmente en el monte Iuktas.

sábado, 14 de abril de 2012

La cerda del monte Dicte

Ruinas de Pressos (Creta)

Hablando de cerdos, este animal es sagrado entre los cretenses. Agatocles de Babilonia, en su libro Sobre Cízico, nos cuenta: "En Creta cuentan la historia acerca del nacimiento de Zeus en el monte Dicte, donde hay un rito secreto. Se dice que una cerda  dio de mamar a Zeus y, mientras ella vagaba por allí, con sus propios gruñidos provocó que el lloriqueo del niño fuese inaudible para los que pasaban. Por lo tanto, este animal es mirado por todos con gran reverencia y nadie, dice Agatocles, comería su carne. La gente de Pressos ofrece incluso sacrificios al cerdo y este rito es observado regularmente por ellos antes de la ceremonia del matrimonio". Un relato parecido nos lo da Neantes de Cízico en el segundo libro de su obra  Sobre el ritual de la iniciación.

Ateneo. El banquete de los eruditos, IX, 375f-376a.