jueves, 4 de abril de 2019

Hasta aquí, pues, las que se dice fueron sus actividades

Hasta aquí, pues, las que se dice fueron sus actividades antes de su mando en las Galias. Esta época —con las guerras que libró a continuación y las campañas con las que domeñó la Galia— supone como si dijéramos un nuevo comienzo en su carrera, pues le hizo adoptar un nuevo género de vida y
encaminarse a nuevas empresas. Allí tuvo ocasión de revelarse como un guerrero y estratega en absoluto inferior a los generales más grandes y admirados del pasado; es más, si se lo compara con los Fabios, los Escipiones o los Metelos, con los militares de su tiempo o de la época inmediatamente anterior —Sila, Mario, los dos Lúculos o el propio Pompeyo, cuya gloria florecía entonces por todo lo alto gracias a su polifacético talento militar—, con sus hazañas César sobrepasa a todos ellos, al uno por la dificultad de los lugares en que combatió, al otro por la extensión de tierra conquistada, a éste por el número y fortaleza de los enemigos vencidos, a aquél por la singularidad y doblez de los pueblos que se supo conciliar, al uno por su moderación y mansedumbre para con los prisioneros, al otro por sus regalos y favores hacia sus compañeros de campaña, y a todos por el gran número de batallas libradas y de enemigos aniquilados. En efecto, durante los escasos diez años que duró la guerra de las Galias, tomó por la fuerza más de ochocientas ciudades, sometió a trescientas naciones y se enfrentó en diferentes batallas a tres millones de enemigos, acabando con la vida de un millón y capturando el mismo número de prisioneros.

Plutarco. Vidas paralelas. César, 15.

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