martes, 27 de septiembre de 2011

La Creación según Beroso


Templo de Bel en Palmira (Siria)

Hubo un tiempo en que nada existía sino la oscuridad y un abismo de aguas, donde residían los más horrendos seres, que eran producidos por un principio de doble naturaleza. Aparecieron hombres, algunos de los cuales estaban provistos de dos alas, otros con cuatro, y con dos caras. Tenían un cuerpo pero dos cabezas: una de hombre, otra de mujer, y de la misma manera varios órganos en ellos eran masculinos y femeninos. Otras figuras humanas se veían con las piernas y los cuernos de cabra: algunos tenían pezuñas de caballo, mientras en otros se unían los cuartos traseros de un caballo con el cuerpo de un hombre, pareciéndose en la forma a los hipocentauros. De la misma manera nacían toros con cabezas de hombres y perros con cuerpos cuádruples, terminados en sus extremidades con colas de peces; también caballos con cabezas de perros; también hombres y otros animales con cabezas y cuerpos de caballos y colas de peces. En suma, eran criaturas en que se combinaban los miembros de cada especie de animales. Además de estos, había peces, reptiles, serpientes, con otros monstruosos animales que asumían los unos de los otros el aspecto y el semblante. De todos estos se han conservado representaciones en el templo de Bel en Babilonia.
La persona, que gobernaba sobre ellos, era una mujer llamada Omoroca, que en lenguaje caldeo es Thalatth, en griego Thalassa, el mar; pero que igualmente puede traducirse como la luna. Estando así todas las cosas, llegó Bel y partió a la mujer por la mitad, y de una mitad de ella formó la tierra y de la otra mitad los cielos, y al mismo tiempo destruyó los animales que estaban dentro de ella. Todo esto era una descripción alegórica de la naturaleza. Porque el universo todo consistía en vaho y los animales eran contínuamente generados en ello, la deidad arriba mencionada se arrancó su propia cabeza; en esto los otros dioses mezclaron la sangre, mientras salía a chorros, con la tierra, y de aquí fueron formados los hombres. Así se explica que sean racionales y participen del conocimiento divino. Este Bel, que así es como los caldeos llaman a Júpiter, dividió la obscuridad y separó los cielos de la tierra y redujo el universo al orden. Pero los animales, no siendo capaces de soportar el predominio de la luz, murieron. Y de aquí vino el formar otros hombres y animales que fuesen capaces de soportar el aire. Bel formó también las estrellas y el sol y la luna y los cinco planetas.

Fragmentos del libro I de la Historia caldea de Beroso, citados por Alejandro Polyhistor y recogidos por Jorge Sincelo, Extracto de cronografía, 28, y Eusebio de Cesárea, Cronicón, I, 5.

1 comentario:

  1. Aqui encontramos otra ves a Eusebio de Cesarea el mismo que fue el creador del nuevo testamento con ayuda de Cosnstantino .

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