viernes, 6 de julio de 2012

Los ladrones de miel




Beo cuenta este relato en el segundo libro del Origen de los pájaros.
En Creta se dice que hay una cueva llena de abejas. En ella, como dice el narrador, Rhea dio a luz a Zeus; es un lugar sagrado y nadie puede acercarse a él, sea dios o mortal. En el tiempo fijado cada año se veía salir de la cueva un gran resplandor.
Su historia continúa diciendo que esto sucede cuando la sangre del nacimiento de Zeus empieza a hervir. Las abejas sagradas, que fueron las nodrizas de Zeus, ocupan esta cueva. Layo, Celeo, Cerbero y Egolio fueron lo bastante audaces para acercarse a la cueva para recolectar una gran cantidad de miel. Con sus cuerpos encerrados en bronce, recogieron la miel de las abejas y miraron los pañales de Zeus. Su armadura de bronce cayóse de sus cuerpos.
Zeus tronó y blandió su rayo, pero Fates y Temis le detuvieron. Era impío para cualquiera morir allí. Así que Zeus les convirtió a todos en pájaros. De ellos desciende la raza de las aves de los presagios, los zorzales azules de roca, los pájaros carpinteros, los cerberos y las lechuzas de Egolio. Su aparición anuncia acertadamente el bien, mejor que otras aves, porque ellos vieron la sangre de Zeus.

Antonino Liberal. Metamorfosis, 19.

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